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Son un buen candidato para el vocabulario de este tipo más antiguo registrado: un vocabulario no de palabras habladas sino de gestos; un lenguaje de signos.

un experto opinó acertadamente que aquí los observadores modernos somos «huéspedes no invitados en un sistema de comunicación diseñado para otros».

Existen pruebas convincentes de que los niños aprenden los gestos numéricos antes que las palabras numéricas y, de hecho, de que en las primeras fases del aprendizaje pueden ser más precisos utilizando este método para indicar números pequeños que empleando palabras; es posible, incluso, que su adquisición de los gestos preceda y facilite la de las palabras.

Como se afirma en el Museo de Aquitania, donde hoy se conserva la figura, «desgraciadamente, el significado más profundo de este arte probablemente nos está vedado». Las marcas de cuenta prehistóricas, en efecto, siempre serán fuente de hipótesis.

Todas estas lecturas se se tambalean por falta de pruebas, sumado a que, una vez sacado de su contexto original, un símbolo puede significar casi cualquier cosa.

Estas marcas registran de forma inusualmente directa las acciones individuales de quienes las hicieron, como golpes individuales de una cuchilla sobre un hueso u otra superficie. Dan la irresistible sensación de acercar al presente los pensamientos de la gente prehistórica.

Sí parece haber consenso en que el paso de la decoración al simbolismo se produjo durante la Edad de Piedra, y que algunas de las marcas en utensilios muy antiguos registraron información de interés para quien las grabó

lo que los convierte en una prueba primigenia de que los humanos fabricaban y utilizaban símbolos.

Las cuentas aparecieron milenios antes que la escritura

En términos arqueológicos, las cuentas son una de las primeras representaciones del comportamiento simbólico, algo así como una prueba de cultura más que de mera supervivencia. Pero ¿son también testigos de los primeros pasos hacia el conteo humano?