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Luz Aurora Pimentel

Constelaciones I

  • b2072040844citeerde uit4 jaar geleden
    una suerte de montaje sintáctico-temporal en el que se jerarquizan y correlacionan los tiempos verbales en términos de anterioridad, posterioridad y/o simultaneidad, articulados y coordinados por medio de adverbios y frases adverbiales del orden de lo temporal que expresan estas relaciones, tramándolas”.3
  • b2072040844citeerde uit4 jaar geleden
    La subjetividad del narrador pasa así a un primer plano; por una parte participó en los hechos que narra —ya sea porque nos cuenta su propia historia u otra historia de la que él fue testigo—, y eso le otorga un estatuto de personaje además de narrador, por lo cual es necesario observarlo en ambas funciones: diegética y vocal. Por otra parte, la subjetividad de su narración depende —entre otras cosas— de la memoria, del grado de involucramiento, de la parcialidad de su conocimiento y de la visión más o menos prejuiciada que tenga sobre los hechos. Este, por así llamarlo, incremento en la subjetividad de la voz que narra está directamente relacionado con un decremento en la confiabilidad
  • b2072040844citeerde uit4 jaar geleden
    Añadiría yo otras características que permiten, tipológicamente, distinguir el discurso narrativo de otras formas discursivas. Por una parte, el encadenamiento lógico-cronológico —es decir entramado— de por lo menos dos acciones le da al discurso narrativo una identidad mínima. Por otra parte, en términos puramente sintácticos, el discurso narrativo tiene un perfil específico que le da su identidad; lo que distingue principalmente al discurso narrativo de cualquier otro tipo de discurso es lo que yo llamaría una suerte de montaje sintáctico-temporal en el que se jerarquizan y correlacionan los tiempos verbales en términos de anterioridad, posterioridad y/o simultaneidad, articulados y coordinados por medio de adverbios y frases
  • b2072040844citeerde uit4 jaar geleden
    Finalmente, la perspectiva del narrador se articula también en las peculiaridades de su lenguaje: la sola elección léxica nos habla ya de un mundo y de una postura frente a él. El lenguaje, como bien lo ha estudiado Bajtín en su teoría de la heteroglosia (término traducido también como plurilingüismo), está perspectivado: cada idiolecto, cada discurso social, profesional, político, religioso, etcétera, incide en el mundo con una mirada que le es propia
  • b2072040844citeerde uit4 jaar geleden
    enunciación narrativa son la condición misma que funda al relato verbal.
    Ahora bien, la redescripción mediada de la realidad es un efecto de sentido que depende directamente de las formas de organización narrativa y descriptiva a las que el autor recurre para construir el mundo del relato y que se proponen como un equivalente de nuestra experiencia de la realidad. Estas formas de organización descriptiva y narrativa proyectan significaciones de orden sensorial que a veces hacen eco de la reflexión filosófica sobre las diversas formas de percibir el mundo. A lo largo del análisis narrativo que habré de llevar a cabo, intentaré hacer sonar algunas de esas cuerdas afines para proponer una resonancia entre teoría narrativa y reflexión filosófica. En especial acudiré a la obra de Merleau-Ponty que tanto parece decir —aunque nunca se refiera a ellas— sobre formas narrativas de la percepción, y sobre el efecto del relato en el lector como otra manera de percibir el mundo, una especie de “sensible en segundo grado”
  • b2072040844citeerde uit4 jaar geleden
    restricciones de orden espacial, temporal, cognitivo y perceptual de su yo-narrado
  • b2072040844citeerde uit4 jaar geleden
    Difiero en este punto del estudioso alemán, pues un análisis más fino de esta situación narrativa en primera persona nos revela un desdoblamiento del sujeto que acusa un grado de complejidad aún mayor que en la situación narrativa figural.3 Cierto es que ese yo que identifica al sujeto de la enunciación es ontológicamente el mismo que el yo cuyas vicisitudes narra. Pero aun cuando el sujeto sea la misma “persona”, narrativamente se desdobla en sujeto y objeto:4 en tanto yo-que-narra, el sujeto se toma a sí mismo en el pasado como objeto de su acto narrativo, y ambas funciones, vocal y diegética, lo escinden y lo colocan en distintos mundos: el yo-que-narra, qua narrador, opera en un mundo que ya no es el mundo narrado. El yo-que-narra habita el mundo del acto de narrar, mientras que el yo-narrado habita el mundo de acción humana que va construyendo la narración. De ahí que el narrador en primera persona pueda asumir o bien su propia perspectiva como narrador y en el momento de la narración, o bien una perspectiva que bien podríamos llamar autofigural, ajustándose a las restricciones
  • Andrea Barralesciteerde uit4 jaar geleden
    tiempo de la historia o tiempo diegético
  • Andrea Barralesciteerde uit4 jaar geleden
    temporalidad inherente en un discurso
  • Andrea Barralesciteerde uit4 jaar geleden
    la su­cesividad del lenguaje
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