Rituales cotidianos

“Disfruto más de la gente si la mayor parte del tiempo estoy sola –dijo Butler en 1998

yayoi kusama
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(n. 1929)

“Cada día lucho contra el dolor, la ansiedad y el miedo, y lo único que consigue aliviar mi enfermedad es seguir creando arte”,

Porque que las cosas aparezcan cuando las necesitas no depende de tu musa, sino de la relación que mantengas con tus fuerzas creativas […]. Por eso lo mejor es trabajar con la asociación libre y la ensoñación, dejarse llevar por los recuerdos, los hallazgos fortuitos, los objetos. Intento mantener un equilibrio entre la rigurosa disciplina que he aprendido durante mis treinta años haciendo películas, esos numerosos momentos inesperados y el impulso del cambio.

los sentimientos que tenía hacia sus hijos y distanciarse de ellos lo justo para poder volver a crear un mundo de ficción.

Sin embargo, en el pueblo encontró la inspiración que necesitaba para volver a escribir; sentía que podía “dominar”

Tenía que triunfar –escribió la cantante y bailarina francesa nacida en Estados Unidos–. Nunca dejaría de intentarlo, nunca. Un violinista tiene su violín, un pintor tiene su paleta; yo solo me tenía a mí misma. Yo era el instrumento al que debía

Tenía que triunfar –escribió la cantante y bailarina francesa nacida en Estados Unidos–. Nunca dejaría de intentarlo, nunca. Un violinista tiene su violín, un pintor tiene su paleta; yo solo me tenía a mí misma

Incluso tras una vida entera bailando y tras el reconocimiento universal de su genialidad, la vida de Graham estuvo regida por una infelicidad crónica. “Recuerdo haber oído hace mucho tiempo en algún lugar –escribió en Martha Graham: La memoria ancestral– que cuando murió El Greco encontraron en su estudio un lienzo vacío en el que había escrito estas tres palabras: ‘Nada me complace’. Lo entiendo perfectamente

Incluso tras una vida entera bailando y tras el reconocimiento universal de su genialidad, la vida de Graham estuvo regida por una infelicidad crónica. “Recuerdo haber oído hace mucho tiempo en algún lugar –escribió en Martha Graham: La memoria ancestral– que cuando murió El Greco encontraron en su estudio un lienzo vacío en el que había escrito estas tres palabras: ‘Nada me complace’. Lo entiendo perfectamente”

En realidad, la comida no me importa mucho y
la verdad es que no hay mucha variedad en mi dieta. Leí
por ahí que al final de su vida Isak Dinesen solo comía
ostras y bebía champán, cosa que me pareció una solución muy inteligente para evitar tomar decisiones sin importancia a diario