Alrededor de los libros

de los distintos argumentos.

Luis Recasens sostiene en su Bosquejo de la lógica de lo razonable que en un intercambio verbal que se precie de serlo no han de faltar el diálogo, el debate y el enfrentamiento

irremisiblemente para la ética. Las grandes narraciones pueden colaborar en nuestra sensibilización moral, pero también podemos leerlas sin que nos dejen huella.

En cualquier caso, no hay relación directa entre lectura y moralidad, como ningún arte dispone irremisible‍

Kampf es un libro, que además fue en su día un bombazo editorial. Sabemos asimismo de algunos prohombres que se desayunaban con Schiller y una fuga de Bach antes de apurar el café camino del campo de concentración.

Pero no es cierto que sin los libros no se pueda desarrollar fibra ética. Para tales efectos, el condicionamiento (que no es en todos los casos opresivo; educar es condicionar) tiene incluso más importancia que lo leído. Pensar que a más lectura más tolerancia, como si de un silogismo se tratase, no es de recibo.

Aldous Huxley (La lectura, el nuevo vicio), «la cultura no deriva de la lectura de libros, sino de la lectura exhaustiva e intensa de buenos libros».

contar mucho y con asiduidad lo hace.

la realidad fuese simple, ciertamente una imagen valdría más que mil palabras; no es el caso. Pero insistamos en que no se trata de ensalzar al libro a base de denostar los otros soportes de ideas. La imagen no es solo mentirosa, tiene un punto de distanciamiento útil; puede

lectura nos instaura en otro ritmo, alejado de los fuegos de artificio y por ello más cercano al meollo de los asuntos.