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Liliana Bodoc

El espejo africano

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  • Montserrat Montes de Ocaciteerde uit4 jaar geleden
    Las súplicas se comprenden en cualquier idioma. Y en casi todos los corazones pueden quedar ventanas abiertas.
  • c a t hciteerde uit5 jaar geleden
    El joven músico tenía, sin embargo, la inigualable belleza que toman las personas cuando están apasionadas en algún quehacer.
  • c a t hciteerde uit5 jaar geleden
    Pero, dicen también, que el destino tiene sus caminos para el que se atreve a andarlos.
  • Montserrat Montes de Ocaciteerde uit4 jaar geleden
    «La buena suerte es una pizca de pimienta. Te acercas a ella para olería, estornudas y la haces volar lejos de ti»,
  • Montserrat Montes de Ocaciteerde uit4 jaar geleden
    En las historias el tiempo puede volver atrás y saltar hacia delante, no tiene forma fija, ni trazo obligatorio. Alas, eso sí tiene, para volar a su antojo por cualquier cielo. El cielo de hoy, el de ayer, el cielo que aún no comienza y el que nunca terminará.
  • Montserrat Montes de Ocaciteerde uit4 jaar geleden
    Agobiado, triste de repente, como si dentro de él se hubiese puesto a llover,
  • Montserrat Montes de Ocaciteerde uit4 jaar geleden
    La música, Dorel, bien te lo he repetido, nació en el casamiento de una bruja —María Petra habló con voz de contar leyendas—. Parecer ser que una bruja fue invitada al casamiento de una de sus primas. Llegó, disfrutó del banquete. Pero cuando fue la hora de los obsequios, notó que no tenía nada que ofrecerle a la novia. Entonces, concibió la idea de abrir su boca, deforme y dientuda, y tararear. Así nació la música, Dorel. ¡Y bien hiciste en olvidarla!
  • Montserrat Montes de Ocaciteerde uit4 jaar geleden
    —Cada vez que recuerdo cómo estabas cuando te saqué del orfanato, Dorel… ¡Puro hueso y puro pensamiento! El pensar no es nada bueno
  • Montserrat Montes de Ocaciteerde uit4 jaar geleden
    No lleves ni tus ojos más allá del umbral de la casa, porque nunca se sabe dónde se esconde lo peor… ¡Y menos al atardecer!, que ya sabemos, Dorel, las calamidades que el atardecer esconde entre sus barbas rojas.
  • Montserrat Montes de Ocaciteerde uit4 jaar geleden
    El espejo le mostró también el pizarrón, con las palabras que ella misma había escrito dos días antes: «AMO A MI AMITA».
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