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Boeken
Patrick Modiano

Joyita

  • Javier Roblesciteerde uit3 maanden geleden
    Los suburbios de la vida no suelen brindar a quienes residen en ellos ese confort al que están acostumbrados los que viven en el centro de las grandes ciudades
  • Javier Roblesciteerde uit3 maanden geleden
    Doce años después, habría tenido curiosidad por saber qué había pensado la primera noche en el piso, tras haberse ido de la habitación del hotel de la calle de Armaillé. ¿Un sentimiento de revancha contra la vida? No había podido llegar a ser primera bailarina y ahora, con una nueva identidad, había querido interpretar un papel en una película llevándome tras de sí como a un perro amaestrado
  • Javier Roblesciteerde uit3 maanden geleden
    Puede confiar en mí. Estoy acostumbrado a entenderlo todo, incluso las lenguas ajenas, y la suya no me resulta nada ajena
  • Javier Roblesciteerde uit3 maanden geleden
    Qué quiere beber?

    –Un vaso de whisky solo.

    Era más o menos la misma hora en que, la otra noche, había ido a la calle de Puget, al Canter, para comprar cigarrillos. Y me acordaba de que me había sentido mucho mejor cuando me dieron a beber aquel vaso de whisky. Respiraba con facilidad, la angustia se había esfumado y, con ella, aquel peso que me asfixiaba. Era casi tan bueno como el éter de mi infancia
  • Javier Roblesciteerde uit3 maanden geleden
    Me cruzaban por la imaginación unos pensamientos muy peculiares, tan confusos que esperé unos diez días a que se concretasen para poder expresarlos. Una mañana, poco tiempo antes de encontrarme con aquella mujer del abrigo amarillo en los pasillos del metro, me había despertado teniendo en los labios una de esas frases que parecen incomprensibles porque son los últimos jirones de un sueño olvidado: HABÍA QUE MATAR A LA BOCHE PARA VENGAR AL PERRO
  • Javier Roblesciteerde uit3 maanden geleden
    En mi cuarto, me daba miedo apagar la luz. Había perdido la costumbre de estar sola de noche desde que el perro dormía conmigo y ahora era aún peor que en el dormitorio del internado. Me lo imaginaba en la oscuridad, perdido en pleno bosque de Boulogne
  • Javier Roblesciteerde uit3 maanden geleden
    Un perro. Un caniche negro. Desde el principio durmió en mi cuarto. Mi madre nunca le hacía caso y además, cuando lo pienso ahora, habría sido completamente incapaz de cuidar un perro, como tampoco era capaz de cuidar a un niño. Seguramente alguien le había regalado aquel perro. Para ella no era más que un simple accesorio del que debió de cansarse enseguida
  • Javier Roblesciteerde uit3 maanden geleden
    Hay palabras que se les graban en la memoria a los niños y, aunque no las entiendan sobre la marcha, las entienden veinte años después
  • Javier Roblesciteerde uit3 maanden geleden
    Para mí el maleficio y los malos recuerdos los resumía un único rostro, el de mi madre. Pero la niña tendría que enfrentarse con esas dos personas, con sus sonrisas y sus rostros inexpresivos, de esos que nos extraña a veces ver en criminales que han quedado mucho tiempo impunes
  • Javier Roblesciteerde uit3 maanden geleden
    creencia de que, desde la infancia, nunca había podido quitarme de encima un maleficio, todo eso me parecía que había quedado abolido de pronto
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