Lujuria. Libro 1

—Si envuelvo el cofre… —pregunta sacándose las bragas del bolsillo—, ¿qué agrego yo a mi colección?

porque me la cogí antes que a ti y ahora creo que he cogido más con ella que contigo

Técnicamente hablando, la otra eres tú

Siéntete bendecida de tener un coño porque, si no fuera por eso, hubieses pasado por lo mismo

Agradece y, antes de volver a ponerle una mano encima, pregúntale a Bratt lo que le pasó cuando se atrevió a tocarla

La suspensión es la opción que te libra de un guantazo por el mero hecho de ser una mujer.

Arraso con todo lo que hay en la mesa, mandando las copas y los platos al suelo. Los presentes se asustan y en lo único en lo que pienso es en que me dejó plantado, haciendo el papel de idiota

Me sigue hablando, pero no escucho más que pitidos; es una maldita idiota, la cual no sabe escuchar. Le pedí una maldita cosa. ¡Una sola maldita cosa y no lo hizo!

El nombre del soldado se repite en mi cerebro, no oigo nada más y he aquí la respuesta del porqué soy como soy, por qué actúo como lo hago

Miro a mi alrededor. En verdad no sé qué estoy haciendo ni qué estaba por hacer reservando restaurantes, ideando tonterías, haciéndola sentir especial cuando para mí nadie lo es