el ritmo es propio de su manera de ser y de pensar, que lo conduce a hacer un uso particular del lenguaje: la sintaxis, la adjetivación, la puntuación.
En suma, tantea tus verdaderas necesidades, las que te alimentan; analiza tu rutina y tu ritmo, y allí estará escondido ese tiempo que te falta y ese espacio apropiado, recupéralos para la verdadera fiesta que es la escritura fluyendo.