Hubert Mingarelli

Una comida en invierno

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  • Tess Pedrociteerde uit4 jaar geleden
    Porque si queréis saber lo que me dolía, y lo que me duele hasta el día de hoy, era ver ese tipo de cosas en la ropa de los judíos que íbamos a matar: un bordado, botones de colores, o una cinta del pelo. Esas tiernas atenciones maternales me desgarraban.
  • Tess Pedrociteerde uit4 jaar geleden
    Desamparados, no habíamos tenido el coraje de tocarlo ni de hablarle. Y, cuando Bauer y yo nos levantamos, empezó a caer una tibia lluvia de primavera, y la oíamos repiquetear sobre el tablero del puente, qué manera de llover. Y las dos cortinas grises que la lluvia tendía de cada lado nos encerraban con Emmerich, con su cabeza ya muerta y su rostro desfigurado; yo sabía que había que rezar o algo. Pero Bauer me miraba y yo miraba a Bauer porque ya no nos atrevíamos a mirar a Emmerich ni a toda la sangre que había escupido, y la lluvia de primavera, que nos caía al lado y por encima, hablaba por nosotros con su estruendo, o eso pensé durante mucho tiempo después para consolarme. Porque aquel día en Galizia era necesario que alguien hubiese hablado
  • Alicia Ariasciteerde uit5 jaar geleden
    «Danos un poco y te devolveremos mucho». No era tan difícil
  • Alicia Ariasciteerde uit5 jaar geleden
    Allí, para obtener una cosa hacía falta pedir mucho.
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