We gebruiken cookies om de ervaring met de Bookmate-website en onze aanbevelingen te verbeteren.
Lees onze cookiebeleid voor meer informatie.
Accepteer alle cookies
Cookie-instellingen
Svg Vector Icons : http://www.onlinewebfonts.com/icon Er is iets misgegaan. Probeer het opnieuw.
Luis Jorge Boone

Cavernas

Estos cuentos lo son cabalmente, sin excusa ni aspiración a la novela: son cuentos porque necesitan ser cuentos. Su ritmo, su precisión, su saber decir con urgencia exigen este género. Pero los une entre sí lo hondo de su obscuridad, que permite que se abra el pasaje al otro lado: aquí hay visiones inalcanzables para los no iniciados y, en sus simas, el tiempo vuelve con sus violencias cíclicas, trayendo también la belleza terrible que espera a los que se arriesgan.
meer
128 afgedrukte pagina’s
Auteursrechteigenaar
Ediciones Era
Oorspronkelijke uitgave
2020
Uitgeverij
Ediciones Era
Hebt u het al gelezen? Wat vindt u ervan?
👍👎

Impressies

  • Juan Díazdeelde een impressie2 jaar geleden
    👍De moeite van het lezen waard
    🔮Verborgen diepten
    🎯De moeite waard
    🚀Verslavend
    😄Hilarisch

Citaten

  • Rafael Ramosciteerde uit3 dagen geleden
    Podríamos rezar en el catecismo por ella, por su alma que está en el cielo, que vive entre relámpagos y el viento helado del norte, que no tiene una sola nube para esconderse del sol que todo lo quema. ¿Algún día podré decirle al padre que es en el cielo donde está el fuego que no se apaga, y no en el infierno? Los demonios deben tener frío. Dejan ciegos a los niños imprudentes porque su aliento les congela los ojos.
  • Rafael Ramosciteerde uit3 dagen geleden
    Mi madre tuvo fiebre una semana y después murió. Mi padre la cubría con sábanas mojadas. Ella se quejaba. Lloraba. La última imagen que tengo de ella es su cara empapada de sudor, sus labios secos, sus ojos como apagados, ella que con sólo mirarme me convencía de que el mundo entero era un buen lugar y que valía la pena sobreponerse a cualquier cosa.
  • Rafael Ramosciteerde uit3 dagen geleden
    Dicen que está en el cielo, pero me gusta más imaginarla en su ataúd, bajo tierra, descansando de su enfermedad. Nadie golpea la madera que la protege. Todo es silencio allá abajo. Dormida. Nunca va a despertar.
    Si ella fuera como el aire, si viviera arriba y por encima del mundo, vería demasiadas cosas que la pondrían triste, se mojaría con la lluvia, los relámpagos la incendiarían, se volvería a morir. El atardecer sería su cabello ardiendo como el sol herido, el camino de oscuridad que dejaría en su huida.

Op de boekenplanken

fb2epub
Sleep je bestanden hiernaartoe (maximaal 5 per keer)