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Lewis Carroll

Alicia a través del espejo

  • Camilo Ramirezciteerde uit8 jaar geleden
    Esta vez llegó hasta un gran lecho de flores bordeado de margaritas con un enorme acebo en el centro.
    —Oh, Lirio Atigrado —dijo Alicia, dirigiéndose a uno que se mecía al viento con garbo—, ¡ojalá pudieras hablar!
    —El hecho es que sí podemos —dijo el Lirio Atigrado—, siempre que haya alguien con quien valga la pena hacerlo.
  • Camilo Ramirezciteerde uit8 jaar geleden
    «Imagínate que somos»
  • Yiromy Morenociteerde uit5 jaar geleden
    s que no se trata de intentarlo —rio Alicia—: nadie puede creer cosas imposibles.
    —Está clarísimo que te falta práctica —dijo la Reina—. Cuando yo tenía tu edad, practicaba media hora al día. Oye, ha habido veces que me he llegado a creer seis cosas imposibles antes del desayuno.
  • Steven Manciteerde uit5 jaar geleden
    Despertar
    … al final resultó que era una gatita.
  • Steven Manciteerde uit5 jaar geleden
    Primero has de conseguir un palo recto —dijo el Caballero—. Luego tienes que hacer que el pelo se le trepe, como una enredadera. Porque la razón por la que el cabello se cae es porque cuelga hacia abajo… Nada cae hacia arriba, ¿comprendes? Es un invento propio. Puedes probarlo si quieres.
  • Steven Manciteerde uit5 jaar geleden
    así fuera, así podría ser; y siendo así, así sería. Pero al no ser, no es. Pura lógica.
  • Steven Manciteerde uit5 jaar geleden
    El mundo entero es una gran partida de ajedrez…
  • carlosalbertoninad40792citeerde uit2 maanden geleden
    A los 18 años ingresó en la Universidad de Oxford, en la que permaneció durante cerca de 50 años, y en la que obtuvo el grado de bachiller.
  • Cristian Canociteerde uitvorig jaar
    De qué insectos disfrutas pues en el lugar de donde vienes? —se interesó el Mosquito.

    —No creo que disfrute precisamente de ninguno —explicó Alicia—, porque les tengo algo de miedo… Al menos a los más grandes. Pero puedo decirte los nombres de algunos.

    —Y ellos, desde luego, responden a sus nombres —dio por hecho el Mosquito.

    —No sabía que hicieran eso.

    —¿Y de qué les sirve tener nombres —dijo el Mosquito—, si no se dan por aludidos?

    —No les sirve a ellos —dijo Alicia—, sino a la gente que se los pone, supongo. Si no, ¿por qué tienen nombres las cosas?

    —No sabría decirlo —dijo el Mosquito—. Allí en el bosque no tie‍
  • Cristian Canociteerde uitvorig jaar
    en realidad era un elefante, como Alicia no tardó en comprobar, aunque al principio la idea la dejó bastante perpleja.
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