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Manuel Puig

El beso de la mujer araña

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  • Ivanna Peñaloza Acevedociteerde uit7 jaar geleden
    ¿falta mucho para terminar?
    —¿Por qué?, ¿te aburre?
    —No me gusta, pero estoy intrigado.
    —Si no te gusta, entonces no te cuento más.
    —Como quieras, Molina.
  • Ivanna Peñaloza Acevedociteerde uit7 jaar geleden
    —Entonces contame un poco más y nos va a venir el sueño a los dos, si Dios quiere.
    —Los ateos no hacen más que nombrar a Dios todo el tiempo.
  • Ivanna Peñaloza Acevedociteerde uit7 jaar geleden
    —Política… Así va el mundo, con los políticos…
    —No hables como una señora de antes, porque no sos ni señora… ni de antes
  • Ivanna Peñaloza Acevedociteerde uit7 jaar geleden
    —Eso es un jardín alemán, de Sajonia más exactamente.
    —¿Cómo sabés?
    —Porque los jardines franceses tienen flores, y las líneas son geométricas, pero tienden un poco al firulete. Ese jardín es alemán, y la película se ve que fue hecha en Alemania.
    —¿Y vos cómo sabés esas cosas? Esas cosas son de mujer…
    —Se estudian en arquitectura.
    —¿Y vos estudiaste arquitectura?
    —Sí.
    —¿Y te recibiste?
    —Sí.
    —¿Y recién ahora me lo decís?
  • Ivanna Peñaloza Acevedociteerde uit7 jaar geleden
    Ella se había hecho de secretaria de una empresa a casi medio ejecutiva, y eso a él lo tenía mal.
    —¿'Vos llegaste a conocer a la mujer?
    —No, él me la quería presentar, pero yo en el fondo la odiaba con toda el alma. De pensar no más que dormía toda la noche al lado de ella me moría de celos.
  • Ivanna Peñaloza Acevedociteerde uit7 jaar geleden
    Pero era triste, como de persona que ha perdido su gran amor y quiere resignarse pero no puede, y que se deja llevar por el destino. Sí, debía ser eso, porque ella cuando le dicen que el viento es favorable se sonríe muy triste, porque la lleve donde la lleve el viento ya le da igual. Y así cantando se vuelve al velero, que poco a poco va saliendo por un costado del escenario, con ella en la popa que sigue con la mirada perdida detrás de las palmeras, que es donde empieza lo más negro de la selva.
  • Ivanna Peñaloza Acevedociteerde uit7 jaar geleden
    Y yo enseguida me olí que ahí había algo, un hombre de veras. Y a la semana siguiente fui sola al restaurant.
    —¿Sola?
    —Sí, perdóname, pero cuando hablo de él yo no puedo hablar como hombre, porque no me siento hombre.
    —Seguí.
  • Ivanna Peñaloza Acevedociteerde uit7 jaar geleden
    —Son buenos ustedes para defenderse, entre ustedes.
    —¿Quiénes son ustedes?
    —Los hombres, buena raza de…
    —¿De qué?
    —De hijos de puta, con el perdón de tu mamá, que no tiene la culpa.
  • Ivanna Peñaloza Acevedociteerde uit7 jaar geleden
    dice que es su favorita, esas especies de oleadas de violines son las aguas de un río alemán por donde navega un hombre-dios, que no es más que un hombre pero que su amor a la patria le quita todo miedo, ése es su secreto, el afán de luchar por su patria lo vuelve invencible, como un dios, porque desconoce el miedo.
  • Ivanna Peñaloza Acevedociteerde uit7 jaar geleden
    —Pero no podés cambiarlo de golpe, y vos solo no vas a poder.
    —Es que no estoy solo, ¡eso es!… ¿me oís?… ahí está la verdad, ¡eso es lo importante!… En este momento no estoy solo, estoy con ella y con todos los que piensan como ella y yo, ¡eso es!,… y no me lo tengo que olvidar. Es ésa la punta del ovillo que a veces se me escapa. Pero por suerte ya la tengo. Y no la voy a soltar. …Yo no estoy lejos de todos mis compañeros, ¡estoy con ellos!, ¡ahora, en este momento!…, no importa que no los pueda ver.
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