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Ethel Krauze

La otra Ilíada

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  • Josué Osbourneciteerde uit5 jaar geleden
    Tienes un odio a flor de alma,
    —más que de piel, de entraña—,
    si alma es lo que guardas en el polvo
    del bulto de tu cuerpo,
    eso que escapa poco a poco
    entre la coladera,
    junto al lodo del trapeador,
    los pelos sueltos en la tina,
    y una familia entera de hormiguitas
    que hacían el mandado entre las sobras
    del bolso del mercado.
  • Mauricio Coronelciteerde uit3 jaar geleden
    Cantemos, hermanas, cantemos.

    Hay una Ilíada nuestra:
    una Diosa que escucha y que contesta
  • Mauricio Coronelciteerde uit3 jaar geleden
    Soy la roedora de cadenas,
    una mujer de piedra
    un corazón humeante.
    ¡Ábreme el pecho caminante,

    mira por dentro la maleza

    de fuego, el magma, el brillo
    que en mí anidan!
  • Mauricio Coronelciteerde uit3 jaar geleden
    Hoy toca hablar del excusado:
  • Mauricio Coronelciteerde uit3 jaar geleden
    ¡Adiós, Aldonza Dulcinea, los entuertos me esperan
    al paso de la esquina:
    yo desfago los versos,
    tú limpias la cocina!
  • Mauricio Coronelciteerde uit3 jaar geleden
    El hijo del Cronión y de Latona
    viene entrando, rugiendo por la puerta
    a darte el beso de la noche,
    el premio a tu obediencia:
    un semidiós en forma de marido
  • Mauricio Coronelciteerde uit3 jaar geleden
    y tú, madona de la vida diaria,
    te ganas un encore,
    ¡otra vez! ¡otra vez!
  • Mauricio Coronelciteerde uit3 jaar geleden
    Toda la casa es una Ilíada,
    es tu Ilíada,
    tu personal batalla contra el enemigo:
    tu destino de polvo, mugre y chinches,
    te avala el trapeador, la escoba, la cubeta,
    te cubre el delantal, la jerga y el plumero
  • Ana Saenzciteerde uit3 jaar geleden
    Hasta que el canto se convierta en flor
    de lluvia, y limpie con su manto al mundo;
    cantemos,
    hermanas de una sola carne.

    No habrá más oda que la alondra en vuelo
    ni más celo será la propia sombra.

    Seremos lumbre, hermanas,
    caminaremos sobre el hielo,
    cruzaremos tormentas
    sembraremos racimos en el cielo.

    Cantemos, hermanas, cantemos.

    Hay una Ilíada nuestra:
    una Diosa que escucha y que contesta.
  • Ana Saenzciteerde uit3 jaar geleden
    Una estirpe dormida que despierta.
    Soy la roedora de cadenas,
    una mujer de piedra
    un corazón humeante.
    ¡Ábreme el pecho caminante,

    mira por dentro la maleza

    de fuego, el magma, el brillo
    que en mí anidan!
    ¡Y tenme miedo!
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