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Joaquín Estefanía

La economía del miedo

Alguien escribió una alegoría. En ella, la Gran Recesión dice a los perdedores: lamentamos sinceramente el destino que habéis tenido, pero las leyes de la economía son despiadadas y es preciso que os adaptéis a ellas reduciendo las protecciones. Si os queréis enriquecer debéis aceptar previamente una mayor precariedad.
Éste es un libro de economía política que polemiza con esa falsa salida a la crisis. Para conseguir el control social de la misma se ha instalado «la economía del miedo». Este –que siempre ha sido un fiel aliado del poder– adopta rostros inéditos: ya no se trata de los temores tradicionales, que siguen existiendo, sino del miedo al «otro», al que viene a disputar los pocos empleos, a la inseguridad económica, a una distribución de la riqueza cada vez más regresiva y, sobre todo, el miedo a que nuestros representantes, aquellos a los que hemos elegido para que nos a ayuden a resolver los problemas públicos, no puedan hacerlo porque las decisiones ya no se toman en los parlamentos, sino en otros territorios alejados, oscuros e impersonales. Se ha multiplicado el poder fáctico de los mercados. El dibujante El Roto lo ha resumido en una viñeta que decía: «Tuvimos que asustar a la población para tranquilizar a los mercados».
Los ciudadanos temen que sus hijos vayan a vivir peor que ellos. Y estos últimos opinan que el sistema que no les acoge con normalidad es fallido, corrupto, indiferente e irresponsable.
Un siglo después, ha vuelto el debate sobre el equilibrio entre la democracia y el mercado.
432 afgedrukte pagina’s
Oorspronkelijke uitgave
2016
Jaar van uitgave
2016
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Citaten

  • Elianeth Rodríguez Jardónciteerde uit3 jaar geleden
    Este es un libro de economía política que polemiza con esa falsa salida ideológica a la crisis. Para conseguir el control social de la misma se ha instalado «la economía del miedo».
  • Elianeth Rodríguez Jardónciteerde uit3 jaar geleden
    El economista francés Jean-Paul Fitoussi escribió una alegoría. En ella, la crisis dice a los perdedores: «Lamentamos sinceramente el destino que habéis tenido, pero las leyes de la economía son despiadadas y es preciso que os adaptéis a ellas reduciendo las protecciones que aún tenéis. Si os queréis enriquecer debéis aceptar previamente una mayor precariedad; este es el camino que os hará encontrar el futuro».
  • SamCoca Jcciteerde uit6 jaar geleden
    Con la acelerada emergencia de los mercados como poder fáctico, en el marco de referencia de la globalización realmente existente, el Estado ha pasado a ser un siervo más de la economía, y a medida que se debilita y se deja de confiar en su eficacia, regresa la vieja pesadilla de la inseguridad y el miedo. O en palabras del filósofo estadounidense Richard Rorty, citado por Bauman, «la realidad central de la globalización es que la situación económica de los ciudadanos de los estados-nación está hoy más allá del control de las leyes de esos estados […] Actualmente existe una superclase global que toma todas las grandes decisiones económicas y que las toma de forma completamente independiente de los parlamentos y, por consiguiente, de la voluntad de los votantes de cualquier país […] La ausencia de un sistema político global significa que los “super ricos” pueden operar sin consideración alguna por ningún otro interés que no sea el suyo propio».

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