Tú y yo vivimos en una relación que valoro y quiero conservar. Sin embargo, cada uno de nosotros es una persona diferente, con sus propias necesidades y el derecho de satisfacerlas.
Cuando tengas dificultades para resolver tus problemas, trataré de escucharte cordialmente y ayudarte, con el objeto de que tú encuentres tus propias soluciones, en lugar de depender de las mías.