La fiesta en el jardín

panadería. Lo consideraba su capricho de los domingos. A

Algunas veces encontraba una almendra en su porción,

trozo de pastel de miel en la panadería

trozo de pastel de miel en la panadería

trozo de pastel de miel en la panadería

Pero poniéndote sentimental no le devolverás la vida a un obrero borracho —dijo en voz baja.
—¡Borracho! ¿Quién ha dicho que estaba borracho? —repuso Laura, furiosa

Si piensas prohibir las orquestas siempre que alguien tenga un accidente, te espera una vida agotadora

Otra vez, qué curioso, no pensaba lo mismo que los demás. Llevarles las sobras de su fiesta. ¿A esa pobre mujer le gustaría que hiciesen algo así?

esas absurdas distinciones de clase

Laura colgó, levantó los brazos, respiró hondo y los estiró antes de dejarlos caer. «Uf», suspiró, y en cuanto acabó de suspirar se enderezó rápidamente. Aguzó el oído. Daba la impresión de que todas las puertas estaban abiertas y de que la casa estaba llena de voces apresuradas, de pasos suaves y rápidos