las cuatro o cinco cosas cuyo conocimiento es más esencial, desde un punto de vista práctico, para un hombre, pertenecen todas ellas a la categoría que las gente denomina paradojas. Es decir, que aunque todos nosotros las vemos al correr de la vida como meras verdades sencillas, no podemos, sin embargo, decirlo fácilmente así con palabras sin resultar culpables de aparentes contradicciones verbales. Una de ellas, por ejemplo, es la irrecusable vaciedad de que el hombre que más placentera vida logra es aquel que menos se esfuerza en procurársela.