Clive Barker

Hellraiser

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  • Ramiro Riveraciteerde uit5 jaar geleden
    Las estaciones se buscan una a la otra, como el hombre y la mujer, a fin de poder curarse de sus propios excesos.
  • Ramiro Riveraciteerde uit5 jaar geleden
    Con el tiempo, todas las cosas se cansan y comienzan a buscar algún oponente que las salve de sí mismas.
  • silrealciteerde uit5 jaar geleden
    Las estaciones se buscan una a la otra, como el hombre y la mujer, a fin de poder curarse de sus propios excesos.
    La primavera, si se dilata más de una semana de su límite final, comienza a sentir ansias de que el verano ponga fin a los días de promesas perpetuas. El verano, a su vez, pronto comienza a sudar, pidiendo algo que aplaque su calor y el más mórbido de los otoños finalmente acaba por cansarse de la benevolencia y muere de ganas de que una rápida y penetrante escarcha aniquile toda su fecundidad.
    Incluso el invierno —la estación más dura, más implacable— sueña con las llamas que en breve lo derretirán, mientras febrero avanza lentamente. Con el tiempo, todas las cosas se cansan y comienzan a buscar algún oponente que las salve de sí mismas.
  • silrealciteerde uit5 jaar geleden
    «Anhelo hablar con el fantasma de algún antiguo amante que murió antes de que naciera el dios del amor».
    JOHN DONE, Deidad del amor
  • Eduardo Floydciteerde uit6 jaar geleden
    Si no había nada que valiera la pena vivirse, de eso se deducía que tampoco había nada por lo que valiera la pena morir, ¿verdad?
  • Carlos Khokhlovaciteerde uit6 jaar geleden
    No quería nada que él pudiera ofrecerle, excepto, tal vez, su ausencia.
  • Carlos Khokhlovaciteerde uit6 jaar geleden
    como si estuviera levemente desconcertada ante el hecho de que no la hubieran ahogado al nacer.
  • Carlos Khokhlovaciteerde uit6 jaar geleden
    los anzuelos que le transfiguraban el rabillo de los ojos y que estaban unidos, por medio de un intrincado sistema de cadenas que le atravesaban la carne y los huesos por igual, a unos anzuelos similares que tenia en el labio inferior, eran agitados por el movimiento, y desgarraban y exponían la resplandeciente carne que había debajo.
  • Sonny Jafetciteerde uit6 jaar geleden
    Demasiado tarde, murmuró para sus adentros, deseando ser capaz de sofocar su creciente miedo. El artefacto de Lemarchand estaba abierto; el mecanismo final había girado. No había tiempo para la prevaricación o el arrepentimiento. Además, ¿no había arriesgado su vida y su cordura para hacer posible esta revelación? El umbral seguía abriéndose a los placeres cuya existencia solo un puñado de humanos había llegado a conocer,
  • Buho Reyesciteerde uit7 jaar geleden
    La oscuridad era algo vivo que la asfixió con sus lóbregos besos.
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