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José C. Valadés

Don Melchor Ocampo, reformador de México

  • Mauricio Coronelciteerde uit2 jaar geleden
    puestos fuera de la ley, como vulgares criminales, estuvieron Márquez y Zuloaga; signo terrible de implacable guerra hízose la cabeza de Lindoro Cajiga,
    colocada en lo alto de una viga; héroe y mártir de la reforma proclamaron al señor Ocampo.
  • Mauricio Coronelciteerde uit2 jaar geleden
    El drama todo se desarrolló en unos segundos, sin cuadro ni voz de mando. Los hombres de Márquez dispararon a la cabeza y pecho del reformador, cuyo rostro quedó ennegrecido por la pólvora. Luego, poniéndole una cuerda bajo las axilas, izaron el cuerpo en un pirul. Después, los asesinos huyeron de Tepeji. Horas más tarde, manos bondadosas recogieron y lavaron el cadáver cubierto con el lodo hecho por la sangre.
  • Mauricio Coronelciteerde uit2 jaar geleden
    La certeza de que ha llegado la hora de la oscuridad no se adquiere con la luz del relámpago, sino con el encanto de la reflexión. La muerte causa angustia mientras es ejercicio del impulso; serenidad, si es función de la racionabilidad.
  • Mauricio Coronelciteerde uit2 jaar geleden
    En efecto a las diez de la mañana le avisan que será fusilado
  • Mauricio Coronelciteerde uit2 jaar geleden
    En Huapango debe entregar la prenda a los generales Félix Zuloaga y Leonardo Márquez.
  • Mauricio Coronelciteerde uit2 jaar geleden
    ¿por qué huir? Espera; y en la espera lo encuentra Cajiga. Ocampo no se opone a la fuerza. Monta a caballo. Va desprovisto de la ropa necesaria para resistir las lluvias que han empezado.
  • Mauricio Coronelciteerde uit2 jaar geleden
    desde el mediodía del jueves 30 de mayo, el señor Ocampo era preso del guerrillero español y conservador Lindoro Cajiga. Habíalo aprehendido éste, pocas horas después de haberse despedido don Melchor de sus hijas y de Clara Campos.
  • Mauricio Coronelciteerde uit2 jaar geleden
    como infortunio para la patria, don Melchor iba marchando minuto a minuto a la muerte.
  • Mauricio Coronelciteerde uit2 jaar geleden
    Ah!, si don Melchor Ocampo, en vez de estar tal día circundado y sentenciado a muerte por la gente del general Leonardo Márquez hubiera podido responder a Aguirre, los mexicanos jamás hubiesen puesto en duda el patriotismo de sus gobernantes, y la república de México no cargaría con las cuentas de una difamación que por muchos años ha turbado sus culturas moral y política.
  • Mauricio Coronelciteerde uit2 jaar geleden
    Clara Campos?

    Era ésta hija de Esteban Campos, el leal servidor de don Melchor, fallecido en Pomoca durante los aciagos días del gobierno constitucional de México, y el mismo a quien se atribuía haber despertado en Ocampo la idea de reformar el arancel de obvenciones parroquiales, porque —cuentan— habiendo pedido Campos al cura de Maravatío, don Agustín Dueñas, “sepultura gratis para el cadáver de uno de sus hijos”, el cura se la negó, y como Campos, sin saber qué camino seguir debido a su pobreza preguntara al mismo cura qué hacía con “su muerto”, Dueñas le contestó: “Sálalo y cómetelo”.
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