Carla Fernández

Vale recordar, hoy más que nunca, la importancia de lo hecho a mano: aquello que se hace con las manos está hecho también con la mente y el corazón. Los objetos artesanales están hechos para la comunidad y al mismo tiempo llevan impresa la huella del artista que los crea. Esto es lo que atrae al alma. Lo creado a mano mantiene un equilibrio ambiental y social. Destacar eso ahora —cuando la tendencia actual está en homogeneizarlo todo— es un acto de resistencia. Estos libros hablan o son escritos por personas en resistencia, principalmente mujeres. Mujeres que escucharon un sinfín de veces que no lograrı́an a cambiar su mundo, a ser buenas artistas; a las que se les negaron oportunidades o se les dijo que su oficio o talento pertenecía sobre todo al terreno de los hombres. Con su ejemplo demostraron que su dichosa locura era la expresión de una fuerza imparable: aquella que surge desde lo más profundo de nosotras mismas y que no conoce final, para fortuna del mundo entero. Finalmente, es una reflexión sobre cómo las tendencias, o lo que irrumpe en tierras lejanas, impacta al planeta en su totalidad y nos obliga a reflexionar y a cuestionar nuestras formas de consumo.