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Bridget Christie

Un libro para ellas

Una mirada ácida, mordaz, lúcida y muy, muy divertida sobre el feminismo, el machismo y las mujeres en el siglo XXI.
Bridget Christie es una humorista sin pelos en la lengua, célebre en el Reino Unido por sus monólogos teatrales, en los que denuncia el machismo que sigue imperando en la sociedad contemporánea y reflexiona sobre la condición femenina. Y, para que sus agudas reflexiones cargadas de sarcasmo quedasen negro sobre blanco, una editora –sobre la que Christie se apresura a explicarnos que también ha publicado en inglés el Mein Kampf de Hitler (eso sí, en edición crítica y anotada)— le pidió que escribiese todo eso que explica, parodia y condena sobre un escenario. El resultado es este libro, entre la evocación de vivencias personales (por ejemplo, cómo un pedo la convirtió en feminista: sí, un pedo, han leído bien) y el panfleto descacharrante (por ejemplo, los tópicos inacabables sobre las feministas: no practican sexo jamás, todas son lesbianas, gordas y feas, todas nacieron en los sesenta y todas usan gafas y parecen la Velma de Scooby-Doo…, ah, y, por supuesto, todas se pasan el día quemando sujetadores). Pero hay más, porque habla también de la mutilación genital, de las escandalosas cifras de tocamientos no consentidos en los colegios británicos y de la también escandalosa brecha salarial, de las campañas de lencería con «mujeres normales», de la industria del sexo, de la dictadura del físico, de las chicas enseñando las tetas en el The Sun de Rupert Murdoch… Y habla también de mujeres: históricas como las Brontë, Mary Wollstonecraft o las sufragistas, y actuales como Malala, la niña víctima de los talibanes por querer estudiar. Pero no se olvida de los hombres, históricos como el esteta decimonónico John Ruskin, que se desmayó al ver el abundante vello púbico de su joven esposa la noche de bodas, o actuales como Nigel Farage –bestia negra de la autora–, Dan Brown o el piloto de carreras Stirling Moss, que considera que las mujeres no están capacitadas para conducir tan rápido y, para demostrar su superioridad, un día se cayó por el hueco del ascensor porque al abrir la puerta no se fijó en que no estaba en la planta… Ácida, combativa, inteligente, provocadora, Christie sabe que hay cosas tan importantes que sólo se pueden abordar con humor. Y su libro acaba siendo también una reivindicación de cómo la comedia puede convertirse en un arma política, denunciar injusticias flagrantes y ayudar a cambiar actitudes.
362 afgedrukte pagina’s
Oorspronkelijke uitgave
2017
Jaar van uitgave
2017
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Impressies

  • Ale Ramosdeelde een impressie7 jaar geleden
    👍De moeite van het lezen waard
    💡Heel leerzaam
    🎯De moeite waard
    💧Tranentrekkend

    Un libro para ellas, gracias Bridget por esto, he reído, he compartido tu solidaridad, tu visión, y sobre todo he reafirmado que cada quien vive su feminismo en la medida que considere y no por eso eres menos feminista, no hay un feministrometro para medirnos, mientras no nos desviemos de la lucha por la igualdad de la mujer me parece perfecto, has colado datos y citas increíbles de mujeres grandiosas, y al ser un libro con humor aún así lograste meter la idea de algo enserio, eso es increíble, y ese poema me hizo lo que a ti en tu momento. Increíble.

  • Aldeni Fragadeelde een impressie5 jaar geleden

    Abordar el feminismo desde la trinchera del humor (británico), con numerosas lecciones para afinar la capacidad de procesar la comedia con temas densos que no son entretenimiento pero pueden llegar a serlo

  • Fany Moralesdeelde een impressie5 jaar geleden
    😄Hilarisch

    quiero abrirle su twitter

Citaten

  • Ale Ramosciteerde uit7 jaar geleden
    La pedantería intelectual no es sino una forma erudita de ejercer la superioridad sobre los demás.
  • Mario Yañezciteerde uit3 jaar geleden
    Las mujeres verdaderamente poderosas no encajan en el discurso dominante de los medios de comunicación, así que no se las representa como iconos feministas.
  • Nat Cabildociteerde uit4 jaar geleden
    Cuando la sociedad deshumaniza a las mujeres, cuando reduce su cuerpo a un objeto, está generando un clima en el que se tolera e incluso alienta la explotación de la mujer. Una vez convertidas en objetos, es más fácil maltratar a las mujeres. No se nos ve como individuos con derechos. Y no lo digo porque sea mojigata o corta de miras. Hay una diferencia entre la sexualidad de la mujer y la mujer como objeto sexual

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