La novela más bestial, obscena e hilarante que se ha escrito sobre el despertar sexual de un adolescente.
Dick Loveman es un galán espaciotemporal que vive todo tipo de peripecias lujuriosas a través de los siglos. Por desgracia, Dick solo existe en la cabeza de Franki Prats, un quinceañero católico, virgen y erotizado, a quien atormentan la propia imaginación y los «placeres solitarios». Durante cuatro meses de su vida, Franki, ayudado por su mejor —único— amigo Bruno Berniola, alias el sexperto, atravesará una variopinta serie de experiencias eróticas (oníricas, familiares, amicales, incluso zoológicas) mientras lucha contra los traumas del pasado y la escuálida realidad de su pueblo natal.
Dick o la tristeza del sexo es un bildungsroman hipersexual, profundo e hilarante, que pasa muy rápido de la erudición a la erección, y de la erección a la desolación. Una farsa iniciática y blasfema, llena de pornografía triste y humor negro, que reafirma el talento desacomplejado de Kiko Amat, y carece de equivalentes en el panorama literario español.