Le cayó muy bien la cobija de balas que lo durmió para siempre sobre su sarape gris de águilas verdes.
Yar Cruzciteerde uit3 jaar geleden
hombre dijo, meciéndose en un pie, que no se le iban de los oídos los gritos de los quemados vivos. Eran fuertes. Después se fueron apagando poco a poco.
Yar Cruzciteerde uit3 jaar geleden
¡Qué barbaridad, cuánto hombre, pero cuánta gente tiene el mundo!, decía mi mente de niña.
Yar Cruzciteerde uit3 jaar geleden
Un 30-30 le dio el tiro de gracia, desprendiéndole una oreja; la sangre era negra negra —dijeron los soldados que porque había muerto muy enojado
Yar Cruzciteerde uit3 jaar geleden
La sangre se había helado, la junté y se la metí en la bolsa de su saco azul de borlón. Eran como cristalitos rojos que ya no se volverían hilos calientes de sangre.
Yar Cruzciteerde uit3 jaar geleden
Se hizo mi amigo porque un día nuestras sonrisas fueron iguales.