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Boeken
Estefanía Asins,Federica Seneghini

Las futbolistas que desafiaron a Mussolini

Rosetta tiene dieciséis años y en su corazón late una pasión desbordante por el fútbol; Giovanna tiene el mismo amor por el calcio, cuya práctica es para ella también un gesto político; Marta, sabia y pausada, está decidida a defender con uñas y dientes su derecho a salir al terreno de juego, igual que la testaruda Lucchi, a quien su padre le prohíbe acercarse a una pelota. Estas son algunas de las chicas que formaron parte de la pandilla de amigas que en los primeros años treinta dieron vida al Gruppo Calciatrici Milanese, el primer equipo italiano de fútbol femenino. Pero en esos años Italia se encontraba bajo el yugo del fascismo, y no estaba preparada para aceptar un fenómeno que pronto empezó a despertar la atención de los periódicos y a desquiciar al régimen. ¿Qué hacían unas chicas practicando un deporte para hombres? ¿Cómo se atrevían a descuidar su «función primaria de madres» para correr detrás de una pelota?
Este libro narra la historia de estas pioneras del fútbol, de su amistad, de su lucha contra el Duce y contra los prejuicios de una sociedad envenenada por el fascismo y sumida en una mentalidad machista que en parte persiste a día de hoy. Entre victorias épicas, duras derrotas, aliados inesperados y enemigos acérrimos, estas chicas reivindicaron antes que nadie la igualdad en el deporte y dieron los primeros pasos en un camino, el del fútbol femenino, plagado de injusticias y con todavía kilómetros y kilómetros por recorrer.
169 afgedrukte pagina’s
Auteursrechteigenaar
Bookwire
Oorspronkelijke uitgave
2022
Jaar van uitgave
2022
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Impressies

  • Paulina Chaviradeelde een impressie2 jaar geleden

    Así surgió el primer equipo de futbol femenil en Italia.

Citaten

  • Paulina Chaviraciteerde uit2 jaar geleden
    Debíamos hacer todo con moderación porque, obviamente, éramos mujeres.
  • Yatzel Roldánciteerde uiteergisteren
    El fútbol era un juego maravilloso y nosotras íbamos a ser capaces de jugarlo de maravilla, lo iban a poder comprobar. Hubiéramos participado en los mundiales ese mismo día si nos lo hubieran pedido. Y, sin embargo, pensándolo bien ahora, fueron justamente esas cartas y esas ganas de hacernos oír las que nos perjudicaron.
  • Yatzel Roldánciteerde uit3 dagen geleden
    Sin embargo, el 27 de noviembre de 1932 fuimos por primera vez a San Siro y, cuando atravesamos la puerta, sentí que se me salía el corazón por la boca; parecía un rito sagrado. Ahí estábamos por fin en ese grandioso estadio al estilo inglés del que tanto habíamos oído hablar: cuatro tribunas en total en una zona de la ciudad que casi no conocíamos y donde llegamos aquella tarde en bicicleta, en fila de a uno, junto a un centenar de personas por las calles de Milán.

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